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EL TESTIMONIO DE FATIMA MANSILLA

 

"El miedo no se va más: siempre está, y la desconfianza también”

Fue secuestrada a los 16 años. Vivió un calvario de 9 meses. Y ahora, a los 22, se anima a contarlo.


Fátima Mansilla (22) es afectuosa y valiente, al punto que no le asusta dar su verdadero nombre. "Mucho tiempo me he quedado callada, pero he decidido ayudar a doña Susana (Trimarco). Sé que no es sólo por su hija, porque no tiene obligación de sacar a otras chicas de los prostíbulos y de ponerles una casa".

Asombra y admira su lucidez para definir el calvario que vivió durante nueve meses cuando, a los 16 años, fue secuestrada cuenta por Daniela Milhein, hija de Mercedes, una amiga de su madre, que la conocía desde los 6 años. “Y yo no he pasado todo lo que le ha pasado a otras chicas: les hacen tener hijos y se los han matado. El miedo no se va más: siempre está, y la desconfianza también. Cuando salí, estaba más muerta que viva. Me sentía sucia, como un trapo de piso. Me han hecho drogarme y hacerme tener relaciones con personas drogadas. Me han usado y me han tirado. Me han puesto en contra de mi mamá: me decían que no me buscaban, y eran ellos los que arrancaban los afiches de la calle y los quemaban”.

En esa casa donde Milhein la entregaba a los clientes, Fátima ha visto secuestrada y dopada a Marita Verón. “De ahí salís adicta. Lo bueno es que yo he decidido no hacerlo más, no ir adonde ellos querían. Ellos buscan que las chicas hagan lo que quieran por la droga, que una los necesite”. Corajuda, les ha hecho frente a sus captores. Llega un momento en que decís No me van a utilizar más, me la juego. Te la jugás, porque no hay nada que perder: o salís, o te matan. Dos o tres veces me he intentado escapar. Una vez me han dado una buena paliza. Otra, en un patio, me han tirado dos perros encima, que me han desnudado. Otra vez, la Daniela ha querido matarme: ella estaba prendida de mi cuello, y ellos han logrado que me soltara; por mucho tiempo me ha quedado el cuello doliéndome”.

“Todos decían que la Daniela había matado a una chica. A ella misma, la había llevado el marido a trabajar a La Rioja, y la había torturado”. Fátima se refiere al ex marido de Milhein, Rubén la Chancha Ale, dueño de la flota de taxis 5 Estrellas, en uno de los cuales fue secuestrada Marita Verón, ex jefe de la barra brava y actual presidente del club San Martín de Tucumán. Los abogados de la causa Verón creen que es el responsable de la red, y el testimonio de Fátima apunta hacia allí.

“Daniela ya había hablado con Rubén Ale, que me iban a llevar a La Rioja y me iban a tirar en una zanja”. En la actualidad, Milhein está procesada en el caso Verón, esperando el juicio en libertad. La causa de Fátima, en cambio, estuvo frenada durante años y hace poco fue impulsada por los abogados de la Fundación María de los Angeles.

Fue la madre de Milhein quien, el 1° de enero de 2003, facilitó el escape de Fátima. Fue difícil, pero superó la adicción. Pronto formó pareja. “Juan ha sido como una luz en el camino mío: me ha comprendido, no me ha juzgado”. Enseguida llegaron los mellizos; pero la intoxicación con cocaína dejó severas huellas en la nena. El tercer hijo, de 9 meses, nació sano.

“Ya me siento mejor conmigo misma, casi no hablo sola. Ahí, una aprende a sobrevivir. Ves tantas cosas, que después no te horroriza nada. A veces tengo un problema en mi casa y también amenazo, porque una se acostumbra a esa vida. Es feo pensar que sólo amenazando podés conseguir cosas”.

“Hay veces que no quiero estar con nadie, que no tengo más fuerzas para criar a mis hijos, ni para tener una vida de esposa, y quiero bajar los brazos. Pero pienso que son chiquitos y me necesitan. Quiero darles una buena imagen, son mis hijos los que me han salvado y me han dado el valor para seguir. A Juan no le gusta que vea la novela (Vidas robadas), porque me pongo mal. Pero al ver lo que les hacen a las chicas se pone en mi lugar y acepta que la ayude a doña Susana. Otras veces es más duro, pero yo sé que hago lo correcto”.

 
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DESCRIPCIONES COINCIDENTES SOBRE EL MUNDO DE LA PROSTITUCION FORZADA

Los ejes del sometimiento: violencia, drogas y humillación

“A las chicas, las amansan drogándolas”, cuenta la psicóloga Viviana Barrientos. Primero hay una violación, para que sepan de qué se trata y al día siguiente, ya sin el efecto de la droga, ellas se dan cuenta de que algo ha pasado porque sienten los dolores físicos, les arde la boca, ven los restos de semen".

Fátima lo ha sufrido tanto, que lo explica mejor que nadie. "Es como que te dicen: ‘Desde este momento, ésta va a ser tu vida, somos nosotros los que te vamos a decir qué tenés que hacer’. No va a haber una mano buena que diga ‘No les peguen, no las violen, no las droguen’. Te bajan la autoestima. Te dicen ‘Tu mamá no te busca’. O ‘Vos sos pobre, nadie le va a hacer caso a tu mamá, porque no tiene plata para pagar abogados’”.

“Cuando son menores, las atemorizan más, y el miedo angustia tanto, que paraliza –describe Barrientos–. Hay muchas amenazas, muchos golpes mucha perversión, como llevar a una chica en un auto con vidrios polarizados, y ponerlo a la par del papá, que anda en bicicleta. Ellas se resignan por su vida, pero no por sus seres queridos”. Por eso las psicólogas de la Fundación María de los Angeles cuestionan que la ley de trata obligue a demostrar, en el caso de las chicas mayores de 18 años, que están contra su voluntad.

“Llega un momento en que, aun en un allanamiento o pudiendo escapar, no lo hacen. La violencia psicológica va creando la fantasía de que no pueden irse subraya Fernanda Peralta . El captor genera una deuda que termina siendo impagable: ’Yo pagué tu pasaje, yo te pago la comida y la ropa. Vos no tenés plata para volverte a tu provincia acá no conocés a nadie no vas a conseguir trabajo”’.

Las psicólogas cuentan el caso de dos chicas que respondieron a un aviso de camareras en una whiskería y fueron explotadas sexualmente pero a la noche volvían a la casa, durante unos días, hasta que se animaron a denunciar.

“La relación con el captor es difícil de romper, y a veces se produce el síndrome de Estocolmo –revela Peralta–. Terminan identificándose con los tratantes y algunas se convierten en madamas: se ponen en victimarias, porque es la única figura positiva que ven”.

 
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“Vidas robadas” estará presente en la apertura


Como las redes de trata han sufrido golpes importantes en Tucumán, pero muchos tratantes siguen en libertad, la casa-hogar de la Fundación María de los Angeles no será inaugurada en su ubicación real.

Los vecinos conocerán el interior de la casa –-que tiene diez camas pero se ampliará a veinte–- a través de un video. Verán la cocina alegre y bien provista, los baños flamantes, los sillones mullidos, el luminoso salón para talleres. Cada detalle del equipamiento y la decoración –cálida y sobria– ha sido escogido por Susana Trimarco. "Su propia casa es mucho más humilde", destacan sus colaboradores.

Quien hará de guía en el video será Sofía Elliot, la actriz que encarna a Juliana, la joven víctima de la red de trata en la telenovela Vidas robadas. Al acto irá parte del elenco, que incluye a Soledad Silveyra, Facundo Arana, Jorge Marrale, Carlos Portaluppi y Mónica Antonópulos. Y como desde el primer día, también estarán Vanesa Palavecino y María Rosa Ponce, amigas íntimas de Marita, quienes ahora trabajan en la Fundación.